Me considero un mero explorador del mundo 2.0 a mucha distancia de quienes, quizá sin saberlo, me han enseñado todo lo que sé sobre este entorno a fuerza de escucharles en la red.
No es mucho el tiempo disponible que me ofrece un trabajo sin horarios como el mío y una prole que suma nueve años para atender mi timeline, favoritear lo que me interesa para verlo ni yo sé cuándo, intentar que google reader no me pete, y muy de tarde en tarde, con menos constancia de la deseable escribir unas líneas en este blog para contarle al mundo de qué color veo las realidades.
Y de repente, el pasado jueves por la tarde me veo rodeado de las estrellas de la red formando parte de un grupo convocado por la Consejera de Salud para aportar ideas de cara a introducir el 2.0 en la organización.
Con la humildad de saberme el último mono del grupo pero con la responsabilidad de ser al mismo tiempo directivo de la organización, me di cuenta de que estábamos ante un momento único. Hemos puesto de manifiesto en repetidas ocasiones cómo la rigidez de nuestras organizaciones sanitarias dificulta la penetración de los nuevos escenarios de comunicación y conocimiento basados en redes sociales. Sabemos que las iniciativas puestas en marcha demasiadas veces dependen del voluntarismo de unos cuantos visionarios y no siempre cuentan con el apoyo de las estructuras directivas. Y mira tú por dónde, es la mismísima Consejera de Salud la que enciende el picón y ofrece su "mesa camilla" a una veintena aproximada de tuiteros para que allí, compartiendo "enagüillas", de tú a tú, construyamos un proyecto que facilite la inmersión de la organización en el escenario 2.0 y que apoye a los que se vayan incorporando.
Rosa Andrade (@randrom) y Carlos Oropesa (@rincondesisifo) han prendido la mecha. Ahora nos toca a todos conseguir que esta llama no se apague. Enhorabuena por la valentía, por la apuesta firme y por contar con nosotros para horizontalizar algo que sólo se puede hacer desde la horizontalidad. Intentaremos estar a la altura de las circunstancias. Un motivo más para seguir convencido de que el modelo de gestión del Sistema Sanitario Público de Andalucía sigue sumando fortalezas.
No pudo ser más acertada la frase de Rosa Andrade metaforizando la situación, y equiparándola a un elefante que hay que comerse poco a poco. Os dejo con un vídeo de la Batalla de Zama donde 80 elefantes no tuvieron un final feliz, y eso que no tenían twitter.